lunes, 11 de agosto de 2014

VATICANO: UN SINODO QUE DARA QUE HABLAR - II

En el primer artículo se buscó ubicar el tema de la aceptación al sacramento de la comunión, de aquellas personas casadas, separadas y vueltas a casar, desde una perspectiva amplia. Más bien, entre los argumentos bíblicos –sin entrar en los teologales- sobre los cuales fundamentarán sus posturas los “puristas” y la perspectiva moderna que centra su postura en el “perdón” que también encuentra su correlato expreso, al momento de ser elegido Pedro como el sucesor del Maestro.
Un análisis más detenido del Instrumentum Laboris –texto básico de análisis y de trabajo del próximo sínodo sobre “la familia”- descubre que el abordaje de la problemática se la efectúa desde una visión de conjunto, lo cual no impide que sea una fotografía real –en el decir de vaticanistas- de las vivencias de los fieles, pero al mismo tiempo, de la percepción que tienen los fieles de los cambios que se registran sus sociedades. Cabe especificar, por sociedades, que hace referencia a las diferentes estructuras sociales que hoy se registran el mundo.
Es bueno recordar que el Sínodo Extraordinario es una suerte de introducción al Sínodo Ordinario que se desarrollará en el 2015, por lo que no se debe aguardar definiciones fuertes sobre temas parciales como: acceder a los divorciados y vueltos a casar, al sacramento de la eucaristía; o la actitud que adoptará la Iglesia frente a los matrimonios del mismo sexo o de la presencia de la mujer en los altares, con roles de diáconos o similar.

Dentro del esquema planteado –se podría afirmar ni tan conservador, ni tan liberal- lo que se busca dentro de los muros vaticanos, es analizar el modo,  forma, condición, etc., que debe ser anunciado el Evangelio, pero coordinándolo con las enseñanzas de la Iglesia dentro de los nuevos contextos que vive el mundo o las diferentes realidades sociales que lo conforman. Sin embargo es claro e irrenunciable su posicionamiento cuando afirma que la familia es la célula fundamental de la sociedad, el lugar donde se aprende a convivir en la diferencia y a pertenecer a otros. Para párrafos siguientes afirmar que es necesario proponer una visión abierta de la familia, fuente de capital social, es decir, de virtudes esenciales para la vida común. A mismo tiempo se encarga de subrayar como el punto clave para la promoción de la familia como el seno por excelencia para recibir el mensaje evangélico.

El posicionamiento reseñado está indicando que el documento traza una fina línea divisoria entre aquellos espíritus que condenan la realidad de hoy, pero al mismo tiempo deja sin “perfil” al pensamiento que considera que todo es lícito. En este punto se puede afirmar que el instrumento considera a la familia, como una meta alcanzable e, inclusive, la resalta como un camino posible. No sin ello, reconoce la existencia de situaciones críticas como: la violencia, el abuso, violencia de género; pero también resalta que existe una suerte de dependencia de los medios (de comunicación), y de las redes sociales a los cuales se los acusa de monopolizar el tiempo destinado a  la relación familiar. Es común observar que en el transcurso de una reunión o comida familiar, algunos de sus integrantes están pendientes de su celular, sea de una llamada o de un mensaje.
Pero también dedica algunos párrafos  situaciones como la presión de horarios, del ritmo del trabajo, de los fenómenos migratorios, el consumismo, la pobreza y del hijo a toda costa.



 Pero el esquema reseñado sirve de una suerte de introducción al análisis de las situaciones familiares difíciles o irregulares, conocido como situaciones pastorales difíciles. ¿Qué entiende, el documento, por situaciones difíciles? La problemática de la convivencia, con especial punto de atención a la planteada por las uniones de hecho entre los jóvenes, a los problemas financieros que aquejan a las familias, al desempleo juvenil, a la ausencia de políticas destinadas a conseguir un hogar, pero lo más importantes, es que el documento rompe –en este tema- con un criterio arcaico como lo es la “visión romántica del amor”. Es bueno recordar que en torno a esta visión se estructuraron, dentro de la Iglesia, movimientos juveniles e inclusive de matrimonios constituidos dentro del esquema de cursillos de cristiandad.

Para los autores del Instrumentum Laboris la problemática del matrimonio debe plantearse como un sentimiento intenso del uno por el otro, dejando de lado de “respuesta personal a otra persona”. Sostiene que quede ser planteado dentro de un proyecto de vida común, dejando de lado los aspectos antes señalados que, finalmente, terminaron llevando a un error de difícil situación. 
Es en este contexto que el documento aborda un problema serio y preocupante: el consistente número de quienes consideran con despreocupación su situación irregular. ¿Qué expresa este párrafo? Lo que les preocupa es el incesante número de personas que “en su momento” fueron católicos pero al cerrárseles las puertas a los sacramentos de la reconciliación y eucaristía, luego de su separación, “dejaron de lado” y siguieron con sus vidas. A este segmento, lo califica de “muchos”, pero no deja de señalar que esos “muchos” se sienten marginados y frustrados debido a su situación familiar particular.
No sin valentía, Instrumentum Laboris reconoce que fueron las Conferencias Episcopales las que solicitaron ejercer una misericordia, clemencia e indulgencia más amplias respecto de las nuevas uniones. Tal criterio fue recordado por el actual papa quien enfatizó en la necesidad de practicar la misericordia en toda cuestión problemática.

Más allá de la práctica asidua de la misericordia, los prelados no quieren que la solución de los divorciados y vueltos a casar, sea equiparada o se convierta en un simple divorcio a la católica, toda vez que el clero sea europeo como latinoamericano, busca alcanzar una solución –aunque más no sea personal- a los pedidos de divorcio. Un tema que el mismo Benedicto XVI se encargó de trazar una línea de solución. Junto a poner en tela de juicio este tipo de soluciones, también reconocen que los contenidos de la actual catequesis específica, son sustancialmente inadecuados para el objetivo perseguido, no sin antes resaltar que una fe vivida pone en duda la validez de muchos matrimonios.

El valor del documento se encuentra en la voluntad de reseñar o sintetizar una realidad que se registra en los cinco continentes y que ofrecen, a diferencia de otras épocas, problemáticas muy sensibles como los matrimonios del mismo sexo, a los niños de esas uniones y a la percepción que el aborto es un pecado, no así los métodos anticonceptivos. Nadie duda que Instrumentum Laboris responde al pensamiento del nuevo papa, muy acostumbrado a ofrecer una fotografía de la realidad, incluso de la realidad de un fracaso.
Volviendo un poco los pasos, el documento no define como tampoco lo hará este sínodo, sino el del próximo año, cuestiones como el de los matrimonios del mismo sexo y resalta que las posiciones sobre esta cuestión hoy no ayudan al desarrollo de una “pastoral eficaz”. El valor de Instrumentum Laboris está en que reconoce que dentro de la Iglesia, no existe un consenso bien definido sobre la problemática.

A modo de síntesis, se puede decir que lo que sucederá a partir del 5 de Octubre de este año en el Vaticano, será un primer paso que concluirá un año más tarde, en el mismo lugar el 5 de Octubre de 2015.

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