En el primer artículo se buscó ubicar
el tema de la aceptación al sacramento de la comunión, de aquellas personas
casadas, separadas y vueltas a casar, desde una perspectiva amplia. Más bien,
entre los argumentos bíblicos –sin entrar en los teologales- sobre los cuales
fundamentarán sus posturas los “puristas” y la perspectiva moderna que centra
su postura en el “perdón” que también encuentra su correlato expreso, al
momento de ser elegido Pedro como el sucesor del Maestro.
Un análisis más detenido del Instrumentum Laboris –texto básico
de análisis y de trabajo del próximo sínodo sobre “la familia”- descubre
que el abordaje de la problemática se la efectúa desde una visión de conjunto, lo cual no impide que sea una fotografía real –en el decir de
vaticanistas- de las vivencias de los fieles, pero al mismo tiempo, de la
percepción que tienen los fieles de los cambios que se registran sus sociedades. Cabe especificar, por sociedades, que hace referencia a las
diferentes estructuras sociales que hoy se registran el mundo.
Es bueno recordar que el Sínodo Extraordinario es una suerte
de introducción al Sínodo
Ordinario que se desarrollará en el 2015, por lo que no se debe
aguardar definiciones fuertes sobre temas parciales como: acceder a los
divorciados y vueltos a casar, al sacramento de la eucaristía; o la actitud que
adoptará la Iglesia frente a los matrimonios del mismo sexo o de la presencia
de la mujer en los altares, con roles de diáconos o similar.
Dentro del esquema planteado –se podría afirmar ni tan conservador, ni tan liberal- lo
que se busca dentro de los muros vaticanos, es analizar el modo, forma,
condición, etc., que debe ser anunciado
el Evangelio, pero coordinándolo con las enseñanzas de la Iglesia dentro de
los nuevos contextos que vive el mundo o las diferentes realidades sociales que
lo conforman. Sin embargo es claro e irrenunciable su posicionamiento cuando
afirma que la familia es la célula fundamental de la sociedad, el
lugar donde se aprende a convivir en la diferencia y a pertenecer a otros.
Para párrafos siguientes afirmar que es necesario proponer una visión abierta de la familia, fuente de capital social, es decir,
de virtudes esenciales para la vida común. A mismo tiempo se encarga de
subrayar como el punto clave para la
promoción de la familia como el seno por excelencia para recibir el mensaje
evangélico.
El posicionamiento reseñado está indicando que el documento traza
una fina línea divisoria entre aquellos espíritus que condenan la realidad de
hoy, pero al mismo tiempo deja sin “perfil” al pensamiento que considera que todo es lícito. En este punto se puede
afirmar que el instrumento considera a la familia, como una meta alcanzable e,
inclusive, la resalta como un camino
posible. No sin ello, reconoce la existencia de situaciones críticas como: la violencia, el abuso, violencia de
género; pero también resalta que existe una suerte de dependencia de los medios (de comunicación), y de las redes sociales
a los cuales se los acusa de monopolizar
el tiempo destinado a la relación
familiar. Es común observar que en el transcurso de una reunión o comida
familiar, algunos de sus integrantes están pendientes de su celular, sea de una
llamada o de un mensaje.
Pero también dedica algunos párrafos situaciones como la presión de horarios, del ritmo
del trabajo, de los fenómenos
migratorios, el consumismo, la
pobreza y del hijo a toda costa.
Pero el esquema reseñado sirve de una suerte de introducción al análisis de las situaciones familiares difíciles o
irregulares, conocido como situaciones
pastorales difíciles. ¿Qué entiende, el documento, por situaciones
difíciles? La problemática de la convivencia, con especial punto de atención a
la planteada por las uniones de hecho entre los jóvenes, a los problemas financieros
que aquejan a las familias, al desempleo juvenil, a la ausencia de políticas
destinadas a conseguir un hogar, pero lo más importantes, es que el documento
rompe –en este tema- con un criterio arcaico como lo es la “visión romántica
del amor”. Es bueno recordar que en torno a esta visión se
estructuraron, dentro de la Iglesia, movimientos juveniles e inclusive de
matrimonios constituidos dentro del esquema de cursillos de cristiandad.
Para los autores del Instrumentum Laboris la problemática
del matrimonio debe plantearse como un sentimiento intenso del uno por el otro,
dejando de lado de “respuesta personal a otra persona”. Sostiene que quede ser
planteado dentro de un proyecto de vida común, dejando de lado los aspectos
antes señalados que, finalmente, terminaron llevando a un error de difícil
situación.
Es en este contexto que el documento aborda un problema serio y
preocupante: el consistente número de
quienes consideran con despreocupación su situación irregular. ¿Qué expresa
este párrafo? Lo que les preocupa es el incesante número de personas que “en su
momento” fueron católicos pero al cerrárseles las puertas a los sacramentos de
la reconciliación y eucaristía, luego de su separación, “dejaron de lado” y siguieron
con sus vidas. A este segmento, lo califica de “muchos”, pero no deja de
señalar que esos “muchos” se sienten
marginados y frustrados debido a su situación familiar particular.
No sin valentía, Instrumentum Laboris reconoce que fueron las Conferencias
Episcopales las que solicitaron ejercer una
misericordia, clemencia e indulgencia más amplias respecto de las nuevas
uniones. Tal criterio fue recordado por el actual papa quien enfatizó en la
necesidad de practicar la misericordia en toda cuestión problemática.
Más allá de la práctica asidua de la misericordia, los prelados no
quieren que la solución de los
divorciados y vueltos a casar, sea equiparada o se convierta en un simple divorcio a la católica, toda vez que el
clero sea europeo como latinoamericano, busca alcanzar una solución –aunque más
no sea personal- a los pedidos de divorcio. Un tema que el mismo Benedicto
XVI se encargó de trazar una línea de solución. Junto a poner en tela
de juicio este tipo de soluciones, también
reconocen que los contenidos de la actual catequesis específica, son
sustancialmente inadecuados para el objetivo perseguido, no sin antes resaltar
que una fe vivida pone en duda la validez
de muchos matrimonios.
El valor del documento se encuentra en la voluntad de reseñar o
sintetizar una realidad que se registra en los cinco continentes y que ofrecen,
a diferencia de otras épocas, problemáticas muy sensibles como los matrimonios del mismo sexo, a los niños de esas uniones y a la percepción que el aborto es un pecado, no
así los métodos anticonceptivos. Nadie duda que Instrumentum Laboris
responde al pensamiento del nuevo papa, muy acostumbrado a ofrecer una fotografía de la realidad, incluso de la
realidad de un fracaso.
Volviendo un poco los pasos, el documento no define como tampoco
lo hará este sínodo, sino el del próximo año, cuestiones como el de los
matrimonios del mismo sexo y resalta que las posiciones sobre esta cuestión hoy
no ayudan al desarrollo de una “pastoral eficaz”. El valor de Instrumentum
Laboris está en que reconoce que dentro de la Iglesia, no existe un consenso bien definido
sobre la problemática.
A modo de síntesis, se puede decir que lo que sucederá a partir
del 5 de Octubre de este año en el Vaticano, será un primer paso que concluirá
un año más tarde, en el mismo lugar el 5 de Octubre de 2015.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario