viernes, 15 de agosto de 2014

ECONOMIA ARGENTINA: UNA ENSALADA PELIGROSA

Analizar hoy la realidad económica de Argentina puede convertirse en una tarea compleja, porque en el horizonte inmediato se observan factores que van refractando sobre el panorama diferentes efectos que tienen un mismo origen, pero en lo inmediato parecerían productos de otra fuente. Al momento de observa el “que pasa” en lo económico, es conveniente “separa la paja del trigo”. Hay factores o componentes propios de la política económica interna, algunos potenciados por elementos del panorama económico internacional y otros, producto de la lucha contra los fondos buitres.
Inflación, retracción de las ventas, pérdida de puestos de trabajo son ítems que deben figurar en a columna del plano interno, mientras que en el externo debemos incorporar: pérdida del valor de los commodity (soja, en especial), retracción de las ventas (China, por ejemplo, no acepta comprar el “aceite de soja”, quiere el grano) mientras que como efecto fondos buitre se debe señalar el conflicto planteado en la imprenta Donnelley y el aumento del riesgo país.
El reciente índice de Precios Nacional y Urbano (IPCNU) correspondiente al mes de julio último pasado, arrojó el 1,4% de acuerdo al INDEC mientras que el registrado para el Congreso fue del 2,47% Siguiendo la proyección del índice oficial, julio rompe con 5 meses de desaceleración y este sí que es un dato oficial indiscutible, como el que indica que en los 7 primeros meses del 2014, la inflación fue del 16,7% para los precios minoristas.
Las “razones del alza” están centradas –de acuerdo al INDEC- en esparcimiento, transporte y comunicaciones, educación y equipamiento y mantenimiento del hogar. El rango par estos cuatro ítems varió del 3,1 al 1,4%. Desde enero del presente año y hasta julio incluido, el rango inflacionario fue de 3,7; 3,4; 2,6; 1,8; 1,4 y 1,3, resultando que el 1,4 de julio es igual al registrado en mayo último pasado y 0,01 más que junio de este año.
El cuadro inflacionario arriba reseñado, se confirma con la realidad de las góndolas de los supermercados que, desde el 2003 por primera vez muestras un semestre negativo. Cabe recordar que el “modelo K” centró su política en incentivar el consumo de la población, para algunos fue uno de sus caballitos de batalla preferidos, pero la realidad de los números está preocupando a funcionarios del gobierno nacional: consideran que si al avance de la inflación se le suma la pérdida del poder adquisitivo del salario (reflejado en las góndolas supermercadistas) y la pérdida de puestos de trabajo, se está conformando una fuerte frente de tormenta que puede acabar en un estallido social.

Los analistas de los supermercados afirman que como factores que impulsan la caída de las ventas se contabiliza a: impuesto a las ganancias que afectan a los salarios; la fuerte presión impositiva sobre las pymes; el aumento de los costos operativos y las paritarias. A este esquema debe sumársele un fuerte aumento de precios en artículos de alto rendimiento en el hogar, como lo son la yerba mate, fideos secos, alimentos envasados secos, bebidas, lácteos y artículos de limpieza y de tocador. Tal situación obligó a los consumidores a modificar conductas a la hora de comprar y quedó segmentado en: la clase alta escucha ofertas, la clase media controla el consumo y los niveles socioeconómicos bajos, busca precios en forma directa; lo que traducido en el lenguaje de los supermercadistas, hoy el cliente anda con la tijera en la mano.

De continuar con este cuadro de situación, los funcionarios del gobierno nacional temen un estallido social similar al del 2001, pero cuyos efectos y alcances hoy son de imposible medición. De ahí que el Secretario de Estado de Seguridad saliera a rechazar de plano un proyecto de ley denominado “ley anti piquetes” a los fines de reducir el impacto de las protestas que van aflorando cada vez más en los centro urbanos con mayor población y que tienen por premisas interrumpir el tránsito en las principales autopistas, avenidas y bajadas.

La tendencia de cierras y pérdida de puestos de trabajo también preocupa en centros urbanos del interior del país, como en Neuquén donde los cierres de locales aumenta cada día, siendo los rubros de indumentaria tal realidad no debe ser confundida con lo que sucede en empresas del mundo automotor. En este último segmento, la situación está delicada producto de la baja de las exportaciones, que afecta a todo el sector y que, pese al esfuerzo oficial de apoyarlo con un plan específico (PROCRERAUTO) los resultados obtenidos no son los esperados.

Producto de la situación o del panorama internacional, es la suspensión en una planta cordobesa dedicada a la producción de cajas de velocidad para la industria automotor del Brasil, realidad que es reconocida en forma expresa por sus directivos. Diferente es la realidad, de la misma empresa, para la planta que produce para los mercados de Europa y Méjico que trabaja en forma normal.

Como es dable observar, la realidad tiene sus bemoles y se debe andar con pie de plomo, pero los últimos índices de mano de obra ocupada están indicando que en el rubro construcción se retrajo la captación de mano de obra y se han producido despidos, pese a que el gobierno nacional impulsa la obra pública como factor de creación de fuentes genuinas de trabajo al igual que el PROCREAR.

Lo que hoy se teme, a nivel oficial, es perder la calle y que sea ganada por la izquierda o el sindicalismo opositor es que de pronto, como si se despertara de una siesta profunda, se dio cuenta que el decir una cosa y hacer otra, quedó sin sentido y sin contenido.  


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