sábado, 30 de agosto de 2014

DEUDA EXTERNA: UN "GRAN EXITO" DENTRO DE UNA "ROTUNDO FRACASO"?

En el escenario político argentino cada día que pasa se observa un panorama diferente al de ayer, sea más complicado o con mejores perspectivas, realidad que lleva a pensar si puede existir un “gran éxito” dentro de un "rotundo fracaso", enmarcado por una persistente “estanflación?. Las últimas noticias  prevenientes de la actividad económica nacional arrojan índices con claros signos de caída de la actividad en diferentes sectores considerados como “testigos” y entre los que figuran los 400 mil puestos de trabajo perdidos de lo que va del año. Desde el lado externo llega la noticia que el Grupo de los 77 (G-77) más China, impulsarán un proyecto mediante el cual se establecerá un marco jurídico regulador en el contexto de una Convención Multilateral para la Reestructuración de Deudas Soberanas, a fin de contar con un marco jurídico regulador de los procesos de reestructuración de la deuda.

Retomando la realidad económica argentina, el INDEC reconoció que el sector de la construcción registra una caída, para el primer semestre del 2014, del 2,3% contra un crecimiento –un año atrás- del 3,3%, tal reducción significó una pérdida de más de 10 mil puestos de trabajo, aunque desde el sector empresarial se reconoce que la cifra real indica que la disminución de puestos de trabajo supera los 20 mil. Los datos oficiales aportados por el INDEC, dan cuenta que la merma en la mano de obra captada desde el 2011 a la fecha  significa 35 mil puestos menos. Estos datos son preocupantes, habida cuenta que el período analizado coincide con la puesta en marcha del plan PRO.CRE.AR.

Otro sector que arroja cifran declinantes es el relacionado con el consumo de servicios públicos, uno de los caballitos de batalla del modelo K. en este rubro, la declinación obedece no a una merma propiamente dicha, sino a un menor crecimiento en comparación con períodos anteriores. La tasa de expansión de un año atrás estaba en los 8,5% y en este año el índice trepa al módico 4,3%. Si se observa el desagregado de los servicios tales como: pasos por peajes, uso del transporte de pasajeros, de cargas, agua, energía eléctrica, gas, etc., se registra un comportamiento disímil para estos ítems.

En el caso del transporte de pasajeros, el crecimiento anual fue del 2,2%¸ energía, gas y agua el uso aumentó en un 0,8% pero en relación a los pasos por puestos de peaje decreció un 0,4% constituyendo así en la sexta declinación interanual consecutiva, pero si se observa el movimiento de mercadería el índice decae un 16,3%, conformando el décimo mes de caída continuada e ininterrumpida. Tales índices oficiales demuestran que el consumo de servicios públicos está atenuando su crecimiento. Y esto es lo preocupante para el gobierno nacional.

El cuadro de situación que ofrece la economía argentina, despertó las alarmas en el mundo sindical que está observando que puede ser realidad un despido masivo de trabajadores, en un plazo no muy lejano. Resaltan que ante la situación de la economía argentina no crece, las empresas pierden competitividad como consecuencia de la caída del consumo. A esa realidad se suma que sectores que fueron verdaderos caballitos del modelo kirchnerista, como la construcción y el automotor, donde se registra un crecimiento en el número de suspensiones y despidos, obligando al gobierno nacional al lanzamiento de un programa, el PRO.CREAUTO con el fin de sostener al sector. El panorama del asalariado es preocupante, porque de 18 millones de personas en condiciones de trabajar, el trabajo en negro comprende a más de 4 millones de personas, pese a que el 10% de la PEA está “ocupada” por el empleo estatal en las provincias.
Sindicatos, gobierno nacional, provincias, junto a otras organizaciones están registrando un descontento social en crecimiento, un índice que principalmente preocupa, y mucho, al gobierno nacional. Parte porque esa protesta social, está siendo captada por una izquierda combativa.

Dentro de esta ensalada que constituye la realidad argentina, el 9 de setiembre  próximo la Asamblea General de las Naciones Unidas  debatirá el proyecto para abordar una Convención Multilateral el cual está siendo apoyado por 130 países y se especula que será tratado antes de fin de año. El objetivo es resolver en forma justa y equitativa el problema de la reestructuración de la deuda soberana de los Estados y evitar el ataque por parte de los denominados “fondos buitres”.

Se descuenta que la Asamblea General antes que finalice el 2014 lo trate porque hay 55 billones de dólares que forman parte de la deuda internacional, que triplica la deuda externa de los Estados Unidos, que junto a Japón e Italia constituyen las naciones más endeudadas del mundo. Lo que sucedió con Argentina es que la crisis se desató antes del tratamiento de este proyecto que a nivel de países emergentes interesan a Polonia, Brasil, Liberia, Irak, Panamá, Ecuador, Nicaragua, entre otros, naciones que ya están sintiendo muy de cerca las operaciones de los “fondos buitres”.

Si Argentina logra un dictamen favorable y logra zafar del accionar de estos fondos especulativos, el gobierno nacional presentará en el “mundo interno” como uno de los mayores logros de la historia argentina, el de haber vencido las especulaciones financieras pero, cabe el interrogante,  el logro, ¿constituirá suficiente argumento  para superar el panorama negativo del presente? Sólo la realidad de ese día podrá brindar una respuesta certera, antes no.



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