viernes, 18 de julio de 2014

LA DUDA: ¿ACOTAR PLANES SOCIALES O REDUCIR "GANANCIAS"?

El Gobierno Nacional se encuentra en una encrucijada nada cómoda para sus planes de corto como mediano plazo. Es que parte de esa confluencia de inconvenientes proviene desde el “mundo exterior” y ese cimbronazo se hace sentir con fuerza, y con similares características se presenta el “cuadro interno”.
¿Qué pasó? y ¿Qué está sucediendo? Son las dos incógnitas que se plantean cada uno de los argentinos y que los políticos “presidenciables” no atinan a articular un discurso coherente capaz de explicar una realidad compleja, como esbozar un principio de solución.
En el plano interno la complejidad para porque el asalariado, como el jubilado y el trabajador autónomo ven, cada día, que se reduce su capacidad adquisitiva producto, en parte, por el incremento de los precios y por otra, la fuerte presión impositiva, cuyo “monstruo” central o más temido es el de Ganancias.
Tres o cuatro meses atrás, un empleado medianamente jerarquizado de una cadena de autoservicio, de un hotel o del transporte urbano de pasajeros, se negaba a realizar “horas extras” porque tal ganancia era absorbida por el Impuesto a las Ganancias, habida cuenta que los montos mínimos se encontraban en un escalafón muy bajo.
Esta era una de las complejidades que paulatinamente enrarecía el “aire interno” y que de la mano del “cepo al dólar”, fue impulsando el crecimiento del índice inflacionario. Lo primero que sintió el cimbronazo, fue el consumo, el caballito de batalla del “modelo K”. Pese a este dato de importancia, el Gobierno hizo “sombras” frente a la realidad. Demoró en dar respuesta y ahora está tratando de frenar el descontento.

Un Poco de Análisis

El “modelo” estaba articulado con el fin de: a) frenar el disconformismo o la protesta social y b) incentivar el consumo. A la “protesta social” la suavizó con 58 planes sociales, lo que significaba –en el 2013- utilizar una cifra superior a 64 mil millones de pesos. Tales “beneficios sociales” se reparten entre el Ministerio de Desarrollo Social (12), la ANSES (17), aunque también están presentes otras áreas de gobierno.
Como es habitual en  la “liturgia política” de la realidad argentina, mucho se dijo que tales planes eran con fines electoralistas, parte robustecido por la dureza del Gobierno de brindar información tanto del origen de los dineros destinados a financiar cada plan,  como el perfil de los beneficiarios y si en realidad, la ayuda llegaba realmente a quien la necesitaba.
Pero frente a la fuerte presión de gremios, sectores y opositores, el Gobierno debió reconocer en forma pública que modificar el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, era imposible porque alteraba el flujo de fondos con destino social. Pero tal ataque de sinceridad quedaba “corto” porque los montos retenidos quitaban divisas al consumo.
 Hasta el 2012, la ecuación que hacía Gobierno era simple: los ingresos provenientes de Ganancias + IVA, eran usados para financiar los planes sociales, porque hasta esos momentos el combo era el “óptimo”. En lo laboral el índice de informalidad se había reducido, los porcentajes de desocupados se ubicaban entre el 6 y el 7% y las exportaciones eran récord.
Pero todo este castillo de naipes cayó, en parte porque se enfrió el consumo y en otra, porque la tozudez del Gobierno Nacional le hizo perder credibilidad; amén a que numerosos planes puestos en marcha, no arrojaron los resultados esperados y se vio en la necesidad de retirar los subsidios que gozaban los consumidores a la hora de pagar sus facturas por los servicios de gas, energía eléctrica, transporte.
Es que hoy se conoció un dato que produce escalofrío en las espaldas de los funcionarios del Ministerio de Economía y de los funcionarios nacionales cercanos a la presidencia: por primera vez, desde el 2003, consumo cayó en el primer semestre del año. El promedio de la retracción de las ventas, habla de un 1,2% para el semestre mientras que para el mes de junio –comparado con junio 2013- la caída fue del 2% en los supermercados. Pero tales caídas están acompañadas por cierres de negocios en el mercado tradicional.
El sondeo realizado por funcionarios nacionales dan cuenta que la clase social alta, hoy por hoy, “escucha oferta”; la clase social media, “trata de mantener el control sobre el consumo” y la clase social baja, “tiene el ojo puesto en los precios y camina más, y resigna marca”.
Poco a poco el Gobierno Nacional está siendo llevado, por la imparable y cruda realidad, a enfrentar una alternativa de hierro: o reduce la presión sobre Ganancias, a costa de resignar dinero para los planes sociales.
En el día de hoy, el cuadro de situación es similar al problema de la “frazada corta” o tapo los pies pero descubro la cabeza o tapo la cabeza, pero descubro los pies. 

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